Para muchas personas llegar a fin de mes es una auténtica odisea. En ocasiones esto es prácticamente irremediable ya que la cuenta de ingresos y gastos es difícil de equilibrar. Sin embargo, en otras ocasiones resulta relativamente sencillo este equilibrio, aunque, muchas veces no somos conscientes.
Vamos a repasar juntos tres motivos habituales por los cuales te cuesta llegar a fin de mes. Puede que no te identificas con ninguno de manera plena, pero, seguramente, más de uno te sonará o en ocasiones lo habrás sufrido.
Un mal control del gasto
Sin duda este es el principal motivo de llegar a fin de mes con problemas cuando los ingresos son estables y son regulares. Ten en cuenta que, lógicamente, para quien no tiene unos ingresos relativamente estables, llegar a fin de mes puede ser una odisea.
Sin embargo, hay muchas personas que podrían mejorar bastante su relación entre ingresos y gastos. Pero, para ello, es necesario un ejercicio que no todo el mundo está dispuesto a acometer.
Se trata de un buen análisis del gasto personal. En el análisis del gasto personal debería existir y diferentes facetas.
Por un lado, se deben considerar aquellos gastos que son imprescindibles y que además no admiten mucha modificación. Si ya hemos revisado el coste de nuestra hipoteca o alquiler, este es un gasto fijo y no vamos a poder modificarlo salvo condiciones excepcionales.
Sin embargo, aparte de estos gastos fijos, existe un buen número de cosas que podemos hacer: mejorar nuestra lista de la compra, optimizar nuestro gasto en ocio, revisa nuestros contratos de suministros, etc.
Una buena revisión del gasto es el principio de una economía personal saneada.
No tener un presupuesto
Este sería otro motivo bastante habitual para llegar a fin de mes con un desequilibrio negativo en nuestras cuentas. Los presupuestos son la base de cualquier economía personal saneada.
Es absolutamente necesario tener un presupuesto por muy básico que sea. Cuanto más profundo y complejo sea el presupuesto, mejor vamos a controlar nuestras finanzas.
Además, existe un factor añadido muy interesante: en la elaboración de un presupuesto es necesario tener un buen control sobre el dinero que se gasta y el que se ingresa. Por tanto, es un factor complementario al control de gasto. De hecho, para muchas personas, el control de gastos se inicia en el mismo momento en que se plantean crear un presupuesto.
Dejarse llevar por los gastos no razonados
Se suelen confundir el gasto no razonado con el consumo. Esto no sólo no es cierto, sino que, además, lleva a graves errores de cálculo en las finanzas personales.
Salgo en situaciones de choque en las que es necesario apurar al máximo el ahorro, una economía personal saneada también contempla el gasto en acciones como el ocio, tiempo libre, salud, belleza, etc.
Sin embargo, en muchas ocasiones este gasto se vuelve poco razonable. Por ejemplo, el consumo en exceso de bienes y servicios poco razonados, que no son útiles o que son, directamente, prescindibles.
Aprender a comprar de manera razonable y adecuada también es una parte muy importante de la salud financiera.