La plata a pesar de los ligeros vaivenes que ha sufrido en su precio durante las últimas semanas sigue desplomándose y alcanzando mínimos históricos, en un proceso en el que también vemos envueltas a otras materias primas como el oro y por supuesto el petróleo.
Este desplome comenzado hace tan sólo unos meses aunque ya tenía a comienzos del año muchos visos de suceder, debemos recordar que hace tan sólo tres meses vivíamos auténticos días negros en los que se producían caídas del 3% tan sólo en cuestión de minutos, caídas que aunque se recuperaban siempre lo hacían dejando un sedimento negativo en el resultado final.
Los motivos de esta crisis del precio de la plata, perfectamente a sociable como decíamos a la evolución de los precios de las materias primas, hay que buscarlos en la diferencia entre la relación producción/demanda, algo que ocurre también en el petróleo donde se están alcanzando máximos de producción históricos que se enfrentan a demandas muy inferiores a las de, por ejemplo, hace tan sólo cinco años, todo esto incluso contando con el empuje de las economías emergentes en la demanda de crudo.
En el caso de la plata los movimientos pasados y posibles en las tasas de interés en Estados Unidos, vinieron a rematar una sensación negativa ya proporcionada alrededor de la demanda china. En cualquier caso, desde el pasado mes de septiembre y con escasas excepciones, podemos hablar de debilidad en el entorno de la materia prima relacionada con metales industriales, incluyendo el cobre, otra materia prima que ha tocado mínimos aunque en este caso no tan profundos como la plata, motivados fundamentalmente por los resultados del sector en China, mayor consumidor mundial.
Es cierto que aún algunos analistas apuestan a una inversión de posiciones en los precios en la que el oro va a continuar presentando un comportamiento negativo pero la plata, en buena medida debido a su capacidad de metal industrial, va a ir recuperando poco a poco el tono, sin embargo, esto no está ocurriendo aún: debemos tener en cuenta que el conjunto de los metales industriales aún paga la factura de la desaceleración china, una desaceleración en la que, por ejemplo, los últimos recortes a las previsiones no son sino una muestra más del efecto que realmente está teniendo en el conjunto de la demanda de materia prima, por tanto, las especulaciones sobre la evolución del precio de la plata en la senda del crecimiento constante no son aún hoy excesivamente confiables.