Anteriormente, hemos comentado las preliminares de la desaparición de la publicidad en la RTVE. Este nuevo sistema de televisión pública sin anuncios publicitarios costará alrededor del valor de una pizza familiar. El precio se calcula en 25,2 euros anuales. Es decir, que esta supresión de la publicidad acarrea un coste que duplica al registrado en 2008, que era de 12,4 euros por persona y año.
La publicidad se encontrará fuera de la pantalla a partir del próximo 1 de enero y tendrá dos consecuencias inmediatas: los espectadores disfrutarán de la programación sin las interrupciones, pero contribuirán impositivamente por ello.
La financiación de RTVE se repartirá en cuatro fuentes: los Presupuestos Generales del Estado (550 millones), el nuevo impuesto del 3% a los ingresos de las televisiones comerciales (120 millones), el impuesto por el uso del espectro radioeléctrico (250 millones) y el canon del 0,9 por ciento de los ingresos de los operadores de telecomunicaciones.
Aún no es seguro si el modelo de financiación de RTVE podría encarecer el presupuesto familiar. Esto se debe a que por ejemplo, las compañías de telecomunicaciones decidieran repercutir en sus tarifas finales la tasa del 0,9 por ciento de sus ingresos (destinados a financiar el proyecto).