Las viviendas están expuestas a múltiples situaciones de riesgo. Un escape de agua fortuito, una avería del sistema eléctrico, un cristal que se rompe por un golpe de viento… las circunstancias pueden ser múltiples y suelen acarrear consecuencias difíciles de prever y, sobre todo, de cuantificar.
Por un lado, está el gasto que supone reparar el desperfecto en sí, que puede ser muy cuantioso dependiendo de la parte de la casa afectada. A ese gasto hay que añadir las incomodidades derivadas de un posible siniestro, como por ejemplo tener que abandonar la vivienda para alojarse temporalmente en un hotel. Otro elemento a tener en cuenta es el riesgo físico para las personas que se pueda derivar de un accidente doméstico.
Para hacer frente a estas situaciones, existen los denominados seguros de hogar. Se trata de pólizas especiales que cubren los daños que se pueden producir en la vivienda a causa de accidentes de diferente índole. Estos seguros pueden cubrir desperfectos materiales, daños a las personas que habitan la casa y también posibles daños a terceros.
Continente y contenido
A la hora de contratar un seguro de hogar, hay que tener claros dos conceptos: el continente y el contenido.
- Continente: hace referencia a la estructura de la casa e incluye paredes, instalación eléctrica, instalación de agua, etc.
- Contenido: es todo aquello que se encuentra en el interior de la vivienda, como muebles, electrodomésticos, objetos de valor, etc.
Estos dos conceptos son muy importantes a la hora de determinar la cuantía de una póliza. Debemos calcular aproximadamente el valor de estos elementos y contratar el seguro en función de esos parámetros. Por ejemplo, si creemos que nuestros muebles y electrodomésticos tienen un valor 8.000 €, así lo deberemos reflejar, porque de eso dependería en parte la cantidad que obtendríamos en caso de siniestro. Esa cifra influirá lógicamente en el precio: mientras más aseguremos, más cara resultará la póliza.
Coberturas, un elemento clave
Una vez definidos el continente y el contenido, es momento de prestar atención a las coberturas. Cada compañía ofrece unas prestaciones diferentes. Por ejemplo, los seguros de hogar de santalucía, una de las compañías con más años de experiencia en el sector, ofrecen pólizas muy completas. Sus productos incluyen las coberturas más habituales (incendio, averías urgentes, robo, etc.), pero añaden otros elementos interesantes, como por ejemplo la asistencia a las personas.
Dentro de este apartado se incluyen, entre otros, la asistencia médica urgente en caso de siniestro en el hogar, la atención médica a domicilio, el alojamiento en hotel en caso de desalojo del edifico y el retorno urgente del asegurado en caso de estar de viaje en el momento de producirse el percance. Otra cobertura que se suele incluir es la responsabilidad civil, que cubre al asegurado frente a los desperfectos que pueda ocasionar a terceros de forma involuntaria.
En la actualidad, la póliza de hogar es uno de los seguros más solicitados por los consumidores. Según datos de la patronal del sector, el 75% de los hogares españoles dispone de un seguro de vivienda.