El mercado de criptomoneda se está creciendo de manera exponencial. Este crecimiento no sólo tiene que ver con el aumento de los activos digitales, sino también con las acciones, modelos de inversión, herramientas y fórmulas que se aplican sobre ellos. La quema de criptomonedas es una de estas acciones.
Aunque quemar una criptomoneda tiene una inmediata imagen visual interesante, en la que puede aparecer una pira de dinero ardiendo, lo cierto es que no tiene nada que ver con esto. Se trata de un modelo de corrección del valor de las criptomonedas, basado en un concepto deflacionario, y que se apoya en un proceso tecnológico rápido y que no puede ser revertido.
Por qué se queman las criptomonedas
Aunque no sea una explicación muy ortodoxa, podemos entender la quema de criptomonedas partiendo de una explicación basada en términos que sí conocemos, inflación y deflación.
En este caso, podríamos decir, utilizando el símil, que existen monedas deflacionarias y monedas deflacionarias.
Por ejemplo, Bitcoin sería una moneda inflacionaria en el sentido de que se trata de un activo que se ha ido nutriendo de nuevas unidades a través de la minería hasta alcanzar un límite máximo. Momento en el cual no se emitirán más unidades.
Sin embargo, otras monedas digitales, en lugar de crear un sistema escalado de incorporación de unidades, lanzan todos los activos al mercado a la vez, o, lo hacen de manera fraccionada, pero llegando a los límites máximos de unidades que tendrá el mercado.
Esto significa, que esas monedas digitales, buscarán equilibrar su valor a base de retirar unidades del mercado. Es decir, sacando activos de circulación, buscan aumentar la realiza y la demanda y generar un mayor valor y estabilidad a la criptomoneda.
Se trata de una acción bastante común, que llevan a cabo muchos activos digitales, y que, en general, se muestra efectivo y que obtiene el resultado que se espera.
¿Cómo se queman las criptomonedas?
Obviamente quemar una criptomoneda no es una acción física de meter en el fuego un activo digital.
El proceso se inicia con la retirada de circulación de una cantidad de unidades de ese activo. Generalmente esto se hace a través de la compra. Posteriormente, esta cantidad de unidades se envía a una dirección única, que se denomina Burn.
Se trata de una dirección sin clave pública, lo cual significa que la operación no tiene reversibilidad. Una vez enviados los activos estos no podrán recuperarse de ninguna manera y desaparecerán permanentemente de circulación.
Realmente, desde un punto de vista anecdótico, más que de quemado de criptomonedas deberíamos hablar de congelado de criptomoneda es, ya que éstas quedarán congeladas en la dirección de envío, y jamás podrán ser recuperadas bajo ningún concepto.
En definitiva, se trata de una acción deflacionaria, que busca reducir la cantidad de activos en el mercado para aumentar su valor y garantizar una mayor estabilidad futura de la criptomoneda en cuestión.