La crisis sanitaria provocada por la Covid-19 ha hecho saltar por los aires la economía española. Se da por hecho que el colapso económico que este virus dejará tras de sí será aún mayor que el sufrido en 2008, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en España y la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos.
Aunque aún es pronto para hacer una valoración global de daños, todos los expertos coinciden en que los sectores del turismo y de la hostelería serán los más perjudicados por la crisis. Esta es una malísima noticia para nuestro país, donde solo el turismo representa el 15% del PIB (190.090 millones de euros) y es, además, un importante generador de puestos de trabajo.
Los negocios vinculados al mismo, como los hoteles, apartamentos turísticos, bares, restaurantes, pubs, discotecas, aerolíneas, cruceros o empresas de alquiler de vehículos, entre muchos otros, se enfrentan a un verano muy duro. La no llegada de turistas será, para muchos de ellos, un golpe mortal del que les costará recuperarse.
Y es que las expectativas no son nada buenas. Si a la ya complicada situación provocada por el confinamiento que hay en la mayoría de países europeos le sumamos que el tráfico aéreo aún está suspendido y que todos los viajeros que lleguen a España tendrán que hacer una cuarentena de 14 días, las previsiones más negativas están totalmente justificadas.
Para que nos hagamos una idea de las dimensiones del problema, Amadeus IT Group, una importante empresa proveedora de soluciones tecnológicas para la industria de los viajes, obtuvo un beneficio en el primer trimestre de 2020, con el turismo parado en seco, un 60,5% menor que en el mismo periodo de 2019, cuando ganó 298,5 millones de euros.
Además del turístico, tros sectores que también se verán muy afectados por la Covid-19 son el comercio al por menor no alimentario, la automoción, el textil, la construcción, las actividades de ocio y culturales y los bienes de consumo duradero.
Qué hacer con tus ahorros en este contexto de incertidumbre
En un contexto económico de tanta incertidumbre como el actual, muchos españoles se preguntan qué deberían hacer con sus ahorros. Para perfiles de inversión conservadores, la bolsa no parece la mejor opción en estos momentos. Su volatilidad está siendo muy elevada y los inversores ya se preparan para una fase bajista que podría durar algunos años.
Los pequeños ahorradores están virando su estrategia hacia vehículos de inversión más seguros con los que rentabilizar su dinero. Prueba de ello es que, en el mes de marzo, ante la debacle de los mercados, los clientes retiraron 5.100 millones de euros de fondos de inversión, según datos de Inverco. Estos productos han perdido casi el 11% de su valor durante 2020.
Frente a esta escabechina provocada por el coronavirus, la popularidad de los productos de ahorro de bajo riesgo, como las cuentas de ahorro y los depósitos bancarios, no para de aumentar. Así lo confirman desde Raisin, plataforma online que justo después de la caída global de los mercados de marzo, reportó un incremento notable en los tipos de interés en siete de sus bancos colaboradores.
Es difícil saber qué nos deparará el futuro, pero si de algo podemos estar seguros es de que los efectos económicos de la Covid-19 aún no han terminado. Quizás haya llegado el momento de sacrificar un poco de rentabilidad en pro de una mayor seguridad financiera.
