Actualmente, la venta de inmuebles por subasta está a la orden del día y son muchos los que se han aprovechado de ello. Comprar nuestra casa en una subasta nos puede salir a un precio más bajo que el de mercado pero también nos puede traer una serie de problemas.
Con el modelo de reforma de la Ley de Enjuiciamiento Civil, se eliminaba una de las mayores trabas que existían para acceder a una subasta: la rebaja en el aval necesario para la presentación y participación en las pujas dentro de estas subastas. Y es que antes el valor de transacción de la vivienda o el inmueble por el que se pretendía pujar estaba fijado en un 20%, rebajándose ahora ese valor hasta el 5%.
Estas ventajas animaban al cliente a comprar por subastas, ya que veían una buena oportunidad de adquirir sus viviendas de una manera rápida y más barata.
¿Qué casas están se venden en subasta?
Hay diferentes motivos por los cuales una casa se vende a través de una subasta. Si la casa pasó por ejecución hipotecaria y regresó a manos del banco (quien se adjudica la vivienda por 70% sobre el tipo de subasta), este la vende a través de subasta para deshacerse de la propiedad de manera eficaz. También están las subastas administradas por los gobiernos locales, las cuales se producen cuando el dueño no paga sus impuestos sobre la propiedad.
En ambos casos, uno puede comprar una propiedad por mucho menos de su valor pero también conlleva riesgos y problemas.
Principales problemas
- Sin ningún tipo de garantías. Cuando compramos una propiedad por subasta la compramos tal y como está. Es decir, si al llegar a ella nos encontramos algún tipo de problema como humedades o reformas, el coste de ello correrá a nuestra cuenta. Cuando compras una casa de forma tradicional, siempre tienes la opción de hacer una inspección profesional y si tiene algún problema, puedes pedirle al vendedor que lo arregle o que te dé un descuento en el precio. Como no puedes hacer esto en una subasta, debes considerar la posibilidad de que la casa necesite reparaciones y tomar en cuenta este costo al momento de hacer tu oferta.
- Compromiso de pago. Si ganas la subasta tienes la obligación de pagar por la propiedad por la que has pujado. A diferencia de una compra tradicional, no tienes la opción o la posibilidad de conseguir una hipoteca. En este caso, ya tienes que tener el efectivo disponible o la aprobación del banco. En caso contrario, puedes estar sujeto a multas y penalidades y hasta ser demandado por cualquier gasto adicional que incurra el vendedor por tu incapacidad de pago.
- “Ocupas”. En algunas ocasiones, las casas pueden seguir estando habitadas por sus anteriores dueños. Como compras la casa tal y como está tienes que ser tú el encargado de desalojarlos.