Una de las preguntas que solemos hacernos antes de contratar un producto financiero es, ¿en qué entidad me conviene más, en un banco o en una caja de ahorros?
Muchas veces nos dejamos tentar sólo por la publicidad y no analizamos en profundidad las opciones que existen en el mercado. El punto principal que debemos tener en cuenta es quien nos ofrece las mejores condiciones para el producto que cada uno de nosotros contratará.
Los últimos meses de 2008 y los primeros de 2009 son una radiografía de la actualidad del sistema financiero español y al revés de lo que se había instalado como tendencia, ahora las cajas ofrecen algunos productos más baratos, entre ellos, las hipotecas y los depósitos.
Según el Banco de España, el tipo de interés promedio que aplicaban a las hipotecas se encareció más en los bancos que en las cajas. El último dato oficial consta de noviembre, y allí las cajas aplicaban un porcentual de 6,17% mientras que los bancos 6,19%.
La captación de pasivo, le ha permitido a las cajas ofrecer mejores condiciones, con remuneraciones en los depósitos más fuertes, en un tipo promedio del 4,61% en noviembre, frente al 4,54% de los bancos.
Sin embargo, los bancos están mejor parados en lo que se refiere a la financiación a través de préstamos al consumo. En promedio, estas entidades ofrecen tipos del 11,315, mientras que las cajas lo hacen al 13,15%, con índices de morosidad más elevados.
Un denominador común para ambos sectores en la actualidad, es su tendencia a la baja en la remuneración de sus productos de ahorro como son los depósitos y las cuentas. Las rentabilidades tentadoras son materia del pasado y ahora han bajado notablemente, desaparenciendo del mercado las ofertas más seductoras. Hoy, los productos a 12 meses se enmarcan entre un 3,25% y un 5,25.
En lo que respecta a los préstamos hipotecarios, se han terminado casi por completo las ofertas a euribor más un diferencial de entre un 0,2% y un 0,5%, ahora rondan el 1%. El indice parece bajar, pero los diferenciales, son más elevados y las ofertas con tipos de interés más bajo, requieren de muchos productos vinculados.