En los últimos meses los movimientos alrededor de Dogecoin, que hicieron disparar el valor de esta MemeCoin, han generado la apertura de algunos debates interesantes, que, además, debería servir para que el usuario medio, poco familiarizado aún con el ecosistema de las criptomonedas, fuera tomando conciencia del entorno y, sobre todo, de algunos riesgos notables.
No es posible determinar aún, porque además hay tantos partidarios como detractores, que Dogecoin sea una TrahsCoin ni mucho menos. Sabemos que fue un proyecto concebido casi como un meme, pero que ha trascendido y que, puede ser, encuentro lugar en el mercado a medio y largo plazo. Está por ver. Sin embargo, si existe un gran número de criptomonedas basura con las que debemos tener cuidado, y, además, no sólo porque algunas se mantienen en activo, sino porque no dejan de aparecer nuevas criptomonedas.
Qué son las criptomonedas basura
Cómo casi todo lo que ocurre con el mercado de criptomonedas, realmente aún hoy en día estamos ajustando términos y conceptos, por lo que, lo que para uno está muy claro, para otro puede que no lo esté. Si siquiera los propios analistas se ponen de acuerdo, es difícil que como usuarios lo hagamos.
Sin embargo, hay algunos consensos. Uno de ellos es que un porcentaje elevado de las criptomonedas que se lanza acaban convirtiéndose en nada, otro porcentaje son fraudes, y otro porcentaje son proyectos fallidos o pequeñas pruebas que no conducen a ningún lado. No es fácil calcular el volumen total de las criptomonedas basura, pero, no estaríamos muy lejos de pensar que, sobre un mercado creciente con miles de referencias (probablemente en este momento ya por encima de las 6000) estamos hablando de que más de un 15% puedan ser criptomonedas basura. Por tanto, efectivamente, es algo relevante.
No existe un único perfil de criptomoneda basura. Básicamente encontramos tres grandes grupos:
- Proyectos fallidos: son proyectos que no han terminado de cuajar, bien porque sus hojas de ruta no funcionado, o porque no han logrado el respaldo final que pretendían. No son tantos proporcionalmente, pero, en un mercado creciente, cada vez hay más. Esto tiene mucho que ver con la facilidad de crear criptomonedas a partir de los contratos inteligentes en redes como Ethereum. Qué ha logrado que generar una criptomoneda, a partir de plataformas automatizadas estándar, sea muy sencillo, rápido y que como mucho cueste un par de cientos de dólares.
- Memes: las memecoins podrían tener una categoría propia, pero, realmente, se suelen incluir aquí ya que no suelen alcanzar valor y no pasan de ser proyectos residuales, que generalmente se asocian a comunidades, acciones o actividades concretas y acaba muriendo al poco tiempo. Es cierto que el caso de Dogecoin ha sobrepasado expectativas, pero, no es lo frecuente.
- Fraudes: ojo porque en lanzamiento de criptomonedas huevas es un terreno abonado para el fraude. Los proyectos abandonados tras las ICO son cada vez mayores. Tiene sentido porque existe una especie de fiebre del oro por encontrar la próxima criptomoneda que multiplique su valor de manera exponencial y adquirirla de base. Esto hace que muchas personas participen en ICOs de proyectos que tienen realmente poco sentido, cuando no, son directamente fraudes.