Cada vez en mayor medida vamos a encontrar un mercado financiero saturado de nuevos productos y posibilidades. Esto, que tiene que ver mucho con el avance tecnológico, por supuesto también ha llevado al ámbito de la inversión.
Dentro de las inversiones tradicionales, por ejemplo, la compra de acciones al contado, también encontramos nuevos modelos de comercialización, pero, en este caso, nos vamos a centrar en tres alternativas que, en los últimos tiempos, han crecido de manera notable. Tres modelos distintos de invertir que encuentran cada vez más aceptación en los usuarios.
Préstamos colaborativos
El crecimiento en la inversión en préstamos colaborativos es un hecho incontestable. En los últimos años el crecimiento de estas plataformas que realizan la función de intermediación entre quien busca financiación y quien busca invertir en préstamos ha sido una realidad creciente.
Una de las grandes ventajas de este modelo de inversión reside en el hecho de la flexibilidad y accesibilidad. Permite invertir desde pequeñas cantidades de dinero (en algunos casos desde 10 €) y diversificar de manera muy amplia, incluso en una misma plataforma se puede optar por elegir proyectos muy diferentes.
Las rentabilidades medias son también interesantes, y hacen que este tipo de inversión se encuentre en auge.
Inversión con CFD
Los productos financieros derivados también han ganado peso en los últimos años dentro de las nuevas alternativas de inversión. Esto, probablemente, tiene mucho que ver con que gracias a Internet es mucho más accesible operar con este tipo de herramientas.
Dentro de los productos financieros derivados, los contratos por diferencia son, probablemente, los que más popularidad han alcanzado, y los que mayor volumen de inversores nuevos captan.
Se trata de un modelo de inversión simple de operar, pero que, resulta complejo en cuanto a la gestión de las decisiones y las emociones. Permite invertir a favor y en contra de un activo ya que no se compran los activos, sólo se especula sobre su evolución en los mercados. Esto permite, a su vez, crear estrategias amplias de diversificación ya que no se centran en un único activo como las acciones, sino que se puede invertir sobre una enorme cantidad de activos subyacentes.
Es un producto de mucho riesgo. Las propias plataformas que los comercializan advierten de que el mayor porcentaje de inversores (superior a 70%) no obtienen beneficios, no obstante, es un producto que ha ganado muchos seguidores ya que, efectivamente, bien utilizado proporciona buenas rentabilidades.
Invertir en criptomonedas
Lo hemos dejado para el final, pero probablemente sería la principal alternativa a la inversión tradicional, por lo menos desde el punto de vista mediático.
Existen numerosas fórmulas de invertir en criptomonedas, aunque, las más habituales son la compra y especulación sobre evolución de su valor, o el arbitraje de criptomonedas buscando la diferencia de valor entre diferentes plataformas de intercambio.
Sea cual sea la fórmula elegida, se trata de una inversión de riesgo, pero que a su vez, ha generado enormes beneficios en la última década. Lo cual, sumado a esa especie de mística de la tecnología por la que atraviesa nuestra sociedad, hace que sea una de las fórmulas alternativas de inversión con mayor proyección de crecimiento en los próximos años.