Cómo sería el nuevo nivel económico entre España y Cataluña separada. Es una cuestión en la que nadie consigue dar con la verdad, pues existen muchos pros y contras, el saldo fiscal está puesto en duda de balanza para ambos. Analicemos un posible escenario ficticio.
La independencia catalana entraría en ruptura completa con la zona euro, es decir, perdería todo tipo de subvención hacia la región y perdería la divisa del Euro como moneda, pasando a necesitar una nueva moneda, y, raramente no tendrían que necesitar una, también, ficticia hiperinflación, pues recordemos que los bonos catalanes, están marcados por las agencias de calificación, como bonos basura, respectivamente a 600 puntos diferenciales con el bono español y a 1100 puntos con el alemán. Una independencia dejaría a la puertas del comedor social, o como otros lo llaman, el mercado bursátil. Esta ciencia ficción duraría hasta que la propia Unión Europea aceptase el tratado de adhesión de Cataluña. Mientras tanto, tendrían su tan ansiosa política fiscal y monetaria a su gusto, algo que patronos, empresas y administraciones lo ven como un problema de una importancia revisable, refiriéndonos a las deudas.
Recordamos que existe el derecho de autodeterminación de los pueblos, pero a aprobación de un nuevo socio en la UE debe ser realizado por unanimidad de los 27 integrantes. Cualquier país con problemas secesionistas internos, votaría en contra, la primera España, seguira de Reino Unido, Italia, Francia y Alemania. Pero lejos de ello, tendríamos el aislamiento comercial por parte de la nueva tierra, las barreras comerciales, aranceles o tratados de libre comercio, tendrían que sufrir determinadas transformaciones y tendría que competir con la Unión Europea, una batalla que no suena muy bien. La libertad financiera se acerca a pasos de gigante con la posibilidad de una Hacienda pública, pero queda mucho camino. Este derecho llevaría consigo una velocidad de trabajo digna de aplauso para mantenerse al nivel de los estados hermanos.
No olvidemos que quedan rastros de transferencias de saldos incompletas de déficit público estatal hacia Cataluña, la cual dudo que pudiese hablar de superávit en ciertos aspectos, al igual que el estado Español. Podemos observar que la balanza no sale favorable a España, de hecho, veo pérdidas. El saldo neto comercial de Catalonia es positivo, se quiera o no, Catalonia quedaría con mejor PIB per cápita que España
El 55% de las exportaciones de Cataluña son a España, aumentando hasta el 80% si incluimos al resto de la UE. Abandonar tal mercado común equivaldría a una hecatombe económica, teniendo en cuenta que tienen una deuda pública del 40% PIB como Comunidad autónomica, lo único que les alivia es la balanza por cuenta corriente.
Su inicio necesitaría de un banco central, el cual dispararía la deuda pública hasta un máximo, posiblemente, del 80% PIB por devaluación con respecto al euro.
Se busca la Federación regional en el estado por parte de las zonas ricas de España, pues saldrían beneficiadas, y es un claro ejemplo de que la autogestión es posible. Esta redistribución de riqueza nacional está vista como el trasvase de recursos de CCAA ‘positivas’, a CCAA ‘negativas’.
@TroikaEconomica
El Vaticano, Andorra, San Marino, Monaco, Suiza,
los territorios franceses de Guadalupe, Guayana Francesa, Mayotte, Martinica, San Bartolomé, San Martín, San Pedro y Miquelón y Reunión también usan el euro en virtud de un acuerdo con la Unión Europea.